Denominamos magnetoterapia al tratamiento mediante campos magnéticos. Existen numerosos datos sobre la utilización del magnetismo desde la antigüedad, pero no es hasta el siglo XX cuando se investiga en profundidad el efecto de los campos magnéticos sobre el organismo humano.
A nivel celular, la magnetoterapia estimula el metabolismo celular favoreciendo la multiplicación celular, la síntesis de proteínas y la producción de prostaglandinas (efecto antiinflamatorio).
A nivel de órganos y sistemas, la magnetoterapia tiene efecto de relajación muscular tanto sobre la fibra estriada como sobre la fibra lisa, teniendo pues efecto relajante o descontracturante a nivel del músculo esquelético como también antiespasmódico en espasmos digestivos, de vías biliares, urinarias y en casos de asma. Por esta misma relajación muscular sobre la capa muscular lisa de las arterias, la magnetoterapia produce una importante vasodilatación, teniendo, por tanto, un efecto trófico regenerador de los tejidos, de regulación circulatoria y de aumento de la presión parcial de oxígeno en los tejidos.
Asimismo, estimula el trofismo del hueso y del colágeno, ayudando a la fijación del calcio en el hueso y previniendo el envejecimiento tisular.
Otros efectos de la magnetoterapia que también deben ser tenidos en cuenta: eleva el umbral del dolor, posee efecto de sedación y de regulación de las etapas del sueño.