Seguro que habéis oído o dicho: «tengo que hacer ejercicio» (nótese la diferencia formal con «voy a hacer ejercicio», que no solemos decirlo y denota más decisión).
Suponiendo que consigamos tomarnos en serio nuestra propuesta, dado que comenzamos a realizar un esfuerzo después de un tiempo -más o menos prolongado según el caso-, es posible que muchos de estos «nuevos» deportistas tengan molestias y acudan a consulta. Una vez allí, es bastante frecuente escuchar aquello de «es que yo tampoco estiro mucho, y creo que es por eso».
Esto concuerda bastante con este estudio,en el que, en entrevistas a atletas recreacionales se les cuestiona qué circunstancias son las que creen que más influyen en el desarrollo o aparición de lesiones. Aunque es un estudio realizado en Brasil, creo que es bastante extrapolable por mi experiencia como fisioterapeuta.
Y he aquí el motivo de esta entrada, dado el auge de nuevos runners en los últimos tiempos: ¿de verdad es necesario estirar? ¿son útiles los estiramientos a la hora de prevenir lesiones o mejorar el rendimiento?
Si nos atenemos a la literatura científica, parece claro que no, que el estiramiento previo no ayuda a prevenir lesiones. A pesar de que en algunos estudios se concluye lo contrario, en este editorial explican el por qué: en esos estudios el estiramiento se combina con otras intervenciones que sí han demostrado ser útiles, como el calentamiento (como éste), el cual confundimos a menudo con el estiramiento, aún siendo cosas diferentes.
En este otro artículo,en el que se realiza una revisión de los principales factores que determinan una lesión en corredores, el estiramiento no aparece como uno de los mismos.
Además, investigaciones han puesto de manifiesto que el estiramiento puede producir daños en el citoesqueleto muscular, además de elevar el umbral de dolor -enmascarando en potencia de este modo posibles daños tisulares-. Si tenemos en cuenta estos riesgos, ¿deberíamos estirar? ¿Qué beneficios podemos obtener, no ya en prevención de lesiones, sino en funcionalidad o rendimiento?
Mi opinión, fundada en todo lo anterior, es claramente que el estiramiento no produce ningún beneficio y, en todo caso, los potenciales «riesgos» serían mayores que los potenciales beneficios.
Así, a mis pacientes, por resumir, se lo explico en tres sencillos pasos (muy simplificado, ampliando información y utilizando lenguaje más preciso si el paciente lo solicita o creo que es necesario), el por qué considero que el estiramiento previo no sólo no es necesario, sino que lo desaconsejo:
1. Drenaje. Se produce una disminución de la irrigación sanguínea de la zona, lo que provoca una disminución de la temperatura y de los nutrientes disponibles
2. Cambios propioceptivos previos al esfuerzo, que implican una actividad menos eficaz y/o eficiente.
3. Cambios en el esquema corporal, provocados por la información propioceptiva, que llevan de nuevo a una actividad menos eficaz y/o eficiente.
De nuevo, repito que no debemos confundir estiramiento con calentamiento, el cual sí considero esencial e imprescindible previo a la práctica deportiva.